Te adoro Hari Kunzru. En un año de avalanchas sesentayochistas, de las que algunos que no vivimos aquello (y sí nuestros padres, tíos o los tipos que leemos en el periódico) estamos un poco hartos (parece que solamente fueron jóvenes los que lanzaron adoquines), has llegado tú para explicar mejor que cualquier analista lo que significó aquello (y, sobre todo, en qué se han convertido muchos sesentayochistas a la postre).
Tu novela se llama 'Mis revoluciones' (Alfaguara) y me la leí del tirón en julio. Que conste que al principio me daba un poco de pereza la historia de un cincuentón que se da cuenta de que toda su vida es una mentira (mujer, hija y trabajo burgués). Pero esos flash-backs a aquel Londres de los 70 lleno de octavillas, casas okupas, sexo, política y drogas, me encantaron. Sobre todo cuando entra en escena esa tal Pam, ahora secretaria de estado de seguridad (o algo así en plan british) y aspirante a Ministra del Interior y a la que el protagonista se había medio follado en un colchón maloliente cuando aún no vestía trajes de chaqueta y defendía ciertos ideales...
Lo mejor de todo Hari es que has sido crítico, pero no como esa derecha actual que se está cargando todo lo que movió el 68, y que como decía el genial Javier Krahe en una entrevista actual (http://www.elpais.com/articulo/madrid/puedo/considerarme/amortizado/elpepuculmus/20081226elpmad_8/Tes) también le debe bastante.
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